No había manera pero las ardillas siempre cojian las bellotas, Briguel se fué a la cama una noche más hata que hoyó el ruido y cojió un farol con polvo que habia colgado a lo alto de una madera y cojió también un hoz de arar la tierra, bajó sigilosamente las escaleras hasta la encina. Las ardillas no se asustaron de el y empezaron a cojer las bellotas, Briguel las observó detenidamente hasta que sin darse cuenta se fuerón. Briguel se fué a dormir y se pasó toda la noche pensando en que hacer con el caso, entonces la luz se fué pero a los 2 o 3 minutos volvió entonces en esa milésima a el también se le encendió la bombilla. Al día siguiente Briguel compró 4 sacos de encineras, compró una botellita de tiempo la cual la encina creceria muy deprisa, así se tiró hasta la dos de la tarde plantando encinas... Por la noche las ardillas al ver tanta bellota se pusieron muy contentas, Briguel entendió que ellas igual que el necesitaban comer así hasta todas las noches dos pequeñas ardillas rebolotean por unas garndes encinas llenas de grandes bellotas... Álvaro Ruiz.

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