domingo, 24 de diciembre de 2017

Noche en sillón

Mort se fue con su familia a pasar la nochebuena  a casa de su vieja tía, la cual vivía en un viejo rancho a las afueras de un pequeño pueblo no muy cerca de la montaña. Eran casi las 7 de la tarde y llegué al lugar no se oía ni grillos ya era casi de noche.
La tía nos recibió cariñosamente al igual que la casa la cual desprendía un ambiente bastante acogedor. Mis primos o eran muy pequeños o muy grandes como los de mi tío Luis. Estaba bastante aburrido, mientras preparaban la mesa me senté en un viejo sillón azul. Allí noté como unas pequeñas cosquillas en mi espalda me rasqué un poco y seme pasó pero al rato igual. Cuando de repente un ser diminuto salió del hueco del sofá para saludarme, mi cara lo dijo todo. Incluso me restregué los ojos varias veces porque no daba crédito. El pequeño ser se presentó ante mí. Me dijo que él también estaba aburrido y que llevaba todas las nochebuenas observándome desde que era apenas un bebé. Me contó muchas cosas de mi familia, como aprender a valorarla y quererla. Había una frase que decía algo así como "Aprovecha esta noche que están todos contigo, el tiempo no se detiene". No logre entenderla por aquel entonces pero ahora sí que lo entiendo. Jugamos durante toda la noche y hablamos, no me moví del sillón apenas. El pequeño ser incluso hizo su propia cena con restos de una vieja aceituna y migas de pan. Espero poder volver a verlo el año que viene, pues me cayó la mar de bien.
Álvaro Ruiz.

jueves, 21 de diciembre de 2017

Solsticio de invierno

La Navidad, tal y como la conocemos hoy en día, se basa en la tradición religiosa del nacimiento de Jesús, la visita de los reyes magos y los milagros hechos por Santa Claus (San Nicolás). Sin embargo, las fiestas navideñas sólo se empezaron a celebrar a partir de la Edad Media, y fueron los papas de aquella época quienes fijaron la fecha en el 25 de diciembre, precisamente para que los fieles prestasen menos atención a las fiestas paganas del solsticio de invierno y más a las celebraciones religiosas. Incluso el típico árbol de navidad tiene un origen celta.
  Cosas que ocurren durante el solsticio de invierno:
 -El solsticio de invierno es el día más corto del año. Esto es así porque se trata del momento en que la tierra está más inclinada con respecto al sol, y por ello recibe menos luz.
-Este momento era considerado por muchas culturas como inicio del año, y ese es el motivo de las celebraciones.

 En la cultura celta, la festividad del solsticio de invierno recibía el nombre de Yule. El Yule designa el momento en que la rueda del año está en su momento más bajo, preparada para subir de nuevo. En Escandinavia existía la tradición de celebrar el Yule con bailes y fiestas. También se sacrificaba un cerdo en honor de Frey, dios del amor y la fertilidad, que según la creencia controlaba el tiempo y la lluvia. Durante la festividad de Yule era tradicional quemar el tronco de Yule, un largo tronco de árbol que iba ardiendo lentamente durante toda la temporada de celebraciones, en honor del nacimiento del nuevo sol. De esa tradición proceden los pasteles en forma de tronco (troncos de chocolate) que hoy en día se comen en Navidades. El culto a los árboles Los antiguos celtas creían que el árbol representaba un poder, y que ese poder protegía y ayudaba al árbol. Los bosques sagrados servían como templo a los germanos. Para los galos, la encina era un árbol sagrado sobre el que los druidas, sacerdotes celtas guardianes de las tradiciones, recogían el muérdago siguiendo un rito sagrado. Esta tradición, heredada a través de los siglos, sirvió de inspiración para el actual árbol de Navidad.

En la antigua Roma:
En diciembre se celebraba la Saturnalia, en honor al reinado del dios Saturno sobre Roma en la Edad de Oro. En esa edad, la tierra en Roma producía abundantemente y no había guerras ni discordia. Durante la Saturnalia se celebraban fiestas durante una semana entera, con comilonas y abundante bebida. A lo largo de esa semana se invertía el orden social: los amos servían a los esclavos, los esclavos se convertían en amos y desempeñaban altos cargos del estado. Era tradicional intercambiarse regalos hechos en plata, aunque casi cualquier cosa podía servir de regalo para la ocasión. La fiesta también era una celebración del fin de las tinieblas y el comienzo de un nuevo año. Aquí puedes ver un fragmento de las palabras que la sacerdotisa pronunciaba para el rito de la Saturnalia: "Esta es la noche del solsticio, la noche más larga del año. Ahora las tinieblas triunfan y aún así todavía queda un poco de luz. La respiración de la naturaleza está suspendida, todo espera, todo duerme. El Rey Oscuro vive en cada pequeña luz. Nosotros esperamos al alba cuando la Gran Madre dará nuevamente a luz al sol, con la promesa de una nueva primavera. Así es el movimiento eterno, donde el tiempo nunca se detiene, en un círculo que lo envuelve todo. Giramos la rueda para sujetar la luz. Llamamos al sol del vientre de la noche. Así sea." Finalmente, a lo largo de la Edad Media, esa fiesta se fue alargando en el tiempo hasta convertirse en lo que hoy en día conocemos como Carnavales.
Así que celebra este día de la mejor forma que puedas, yo te obsequio con este Crucigrama con el cuál te pondrás a prueba viendo cuanto sabes sobre el solsticio de invierno.

martes, 19 de diciembre de 2017

Escapando de un sitio lleno de cosasa

Abrí lo ojos y como cada momento que lo hacía no podía casi ni moverme, estaba metido en una especie de cristal o botella. Tenía mi agua con el cuál estaba familiarizado incluso un pequeño asiento que simulaba mi hogar. Me sentía muy raro, cómodo y a la vez incomodo. Entonces vi que como siempre entraba ese humano a inspeccionar todos sus cachivaches que tenía al rededor. Me miró y al rato salió por la puerta. Tenía que escapar de allí solo llevaba... espera un momento. Había perdido la noción del tiempo, no recordaba absolutamente nada de como ni cuando entré en esa especie de cristal. Necesitaba mi pantano, necesitaba mi familia y comida. Entonces pensé  en mi amigo, el Guardían de los Pantanos, y me dio fuerzas para poder salir de allí. De modo que estudié bien lo que tenía a mi alrededor. Sí estaba colocado sobre un libro y detrás tenía mas botellas. Me dispuse a moverme sin parar hasta dejar caer la botella pero no surgió efecto. Cansado me dejé apoyar mi cabeza y cola sobre el cristal del suelo cuando oí un pequeño crujido, el cristal e rompía en segundos, y al poco tiempo estaba libre. Intenté moverme lo más que pude pero el oxigeno me hacia respirar lento y veía que no podía más. Cerré los ojos y al abrirlos rápidamente me encontraba en mi querido pantano como si nada hubiese pasado. Pero y si era verdad, todo eso no hubiera existido. Ni siquiera estaba durmiendo. Miré mi cola y tenía un cristal pegado aún. Todo era muy extraño pero lo bueno era que había logrado salir de aquel sitio lleno de cosasa.

domingo, 17 de diciembre de 2017

Yeibib y el pequeño sapo

Corría el arroyo como cada mañana, pero este día lo hacía con un sonido diferente y era por el frío. Hacía mucho frío. Yeibib salió bien abrigado dispuesto a dar un paseo, cuando se encontró al lado del arroyo un pequeño sapo que lo llamaba. Yeibib intento ver que le pasaba, al parecer se había perdido y no encontraba su familia, o al menos es lo que entendió de aquel pequeño sapito. Yeibib lo cogió y lo puso en su zurrón, caminando entre ramas y hojas secas de una mañana de Domingo de niebla. Se dirigieron hacia el final del arroyo viejo donde la mayoría de sapos viven y tienen su aldea. Pero justo a mitad de camino un gran rama caída por la noche anterior a causa del viento impedía el paso. Por suerte había un pequeño elfo anciano que increíblemente quitó la rama de un soplo, Yeibib no daba crédito. Definitivamente el físico no decía la verdad nunca. Como recompensa le dió unos frutos recién recogidos de su zurrón. Yeibib y el sapito en el zurrón continuaron su camino hasta llegar al final del arroyo, donde los demás sapos lo recibieron. El pequeño sapo estaba muy contento de volver a su hogar y estar rodeado de los suyos, a Yeibib lo invitaron a pasar el domingo comiendo algas y néctares del arroyo. Yeibib estaba encantado de probar nuevos sabores y sobretodo ayudar a quienes lo necesitan.
Álvaro Ruiz.

sábado, 16 de diciembre de 2017

Bisecta, un amor por el insecto

Nació en una tarde de tormenta de primavera, era un hada que hasta entonces no había nacido otra igual. Eran tiempos medievales cuando de pequeña corría por las lindes del campo jugando con los insectos. Cuando se hizo mas mayor comprendió su misión y poderes como hada, no solo entretenía a los insectos. Servia y protegía a cada uno de ellos, proporcionando comida y agua en épocas de sequía. Cuidando hormigueros de noches de viento o de humanos asustadizos ante avispas. Ella siempre estaba allí, su aspecto era humano salvo la parte trasera de su cuerpo la textura era similar a las halas de una oruga. Un buen día se dispuso a comprobar la situación de los insectos de su zona, miraba por si alguien necesitaba su ayuda pero no encontró quién. Aburrida se sentó en una rama de un viejo almendro contemplando a lo lejos una población humana. De repente llegó una polilla, quería hablar. La pobre era demasiado adicta a la luz y ya le había pasado factura mas de una vez, al rato llegó una abeja la cual tenia la tentación de picar a humanos sin que ella quisiese, pero le gustaba. Al rato se acercó también un moscardón adicto a los restos de animales. Todos ellos hablaron con ella y Bisecta les ayudo en cada uno de sus problemas, Y así fue día tras día en el viejo almendro, insectos iban a pedir ayuda  a cambio de nada. Simplemente era un hada, con la misión de proteger al insecto, uno de los animales más vulnerables y diminutos pero a la vez libre.
Continuará, de la nueva serie"Bisecta"
Álvaro Ruiz.