martes, 23 de octubre de 2012

La calabaza podrida

Era tarde y el mercado estaría a punto de recogerse, cuándo mi madre y yo cojimos caballo y corrimos a por la última calbaza que quedaba. Una mujer desquiziada por los nervios recogia porque empezaba a llover. Solo le quedaba una calabaza y no estaba muy hayá estaba un poco podrida, la mujer nos la dejó por 41 francos... Al volver a casa mi hermano le dió una arcada solo de ver la calabaza, mi padre cuándo volvió del trabajo dijo lo mismo que abia que tirar esa calabaza inmediatamente. Por la noche dormía tranquilamente cuándo la calabaza empezó a hacer ruidos muy extraño como si algo por dentro estubiera mordiendola. Me asomé por uno de los abujeros y vi a pequeño hombrecillo muy feo vestido de rojo. Yo asustado cojí la calabaza, habrí la ventana y la tiré, a la mañana siguiente la calabaza estaba comida y el hombrecillo durmiendo con la barriga hinchada. Me acerque y me le metí en el bolsillo, más tarde le examiné porque no despertaba ¿Estará muerto? Entonces abrió un ojo y luego otro así hasta que se puso empié y me dijo:
-Calabaza rica
-Esta rica ¿ verdad?
-La comí anoche
-¿Tú te has comido toda?
-Exacto
Entonces el duende se despidió y se fué sigilosamente por la ventana, respiré hondo pero ahora me apetecia un poco de calabaza podrida. Álvaro Ruiz. Historia que posiblemente continue.

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