martes, 19 de diciembre de 2017

Escapando de un sitio lleno de cosasa

Abrí lo ojos y como cada momento que lo hacía no podía casi ni moverme, estaba metido en una especie de cristal o botella. Tenía mi agua con el cuál estaba familiarizado incluso un pequeño asiento que simulaba mi hogar. Me sentía muy raro, cómodo y a la vez incomodo. Entonces vi que como siempre entraba ese humano a inspeccionar todos sus cachivaches que tenía al rededor. Me miró y al rato salió por la puerta. Tenía que escapar de allí solo llevaba... espera un momento. Había perdido la noción del tiempo, no recordaba absolutamente nada de como ni cuando entré en esa especie de cristal. Necesitaba mi pantano, necesitaba mi familia y comida. Entonces pensé  en mi amigo, el Guardían de los Pantanos, y me dio fuerzas para poder salir de allí. De modo que estudié bien lo que tenía a mi alrededor. Sí estaba colocado sobre un libro y detrás tenía mas botellas. Me dispuse a moverme sin parar hasta dejar caer la botella pero no surgió efecto. Cansado me dejé apoyar mi cabeza y cola sobre el cristal del suelo cuando oí un pequeño crujido, el cristal e rompía en segundos, y al poco tiempo estaba libre. Intenté moverme lo más que pude pero el oxigeno me hacia respirar lento y veía que no podía más. Cerré los ojos y al abrirlos rápidamente me encontraba en mi querido pantano como si nada hubiese pasado. Pero y si era verdad, todo eso no hubiera existido. Ni siquiera estaba durmiendo. Miré mi cola y tenía un cristal pegado aún. Todo era muy extraño pero lo bueno era que había logrado salir de aquel sitio lleno de cosasa.

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